Un corazón compasivo. Sensibilidad hacia los sentimientos de nuestros alumnos, amabilidad, respeto y paciencia. Clases creativas, positivas, que sean caldo de cultivo para inspirar las cualidades humanas más elevadas. Máxima calidad siempre. La experiencia y conocimientos técnicos con los que hacer la práctica de Yoga segura y terapéutica.